Desde que se dictaron las primeras leyes laborales que reconocieron derechos a las madres trabajadoras hasta la actualidad, el avance y el mejoramiento de nuestra condición ha sido muy significativo, ya sea a través de la sensibilización en las empresas privadas que han comprendido el valor de las mujeres en los espacios laborales o a través de políticas públicas que apuntan hacia la corresponsabilidad parental con el post natal para el padre o beneficios como el teletrabajo buscando impulsar la participación laboral femenina para que la maternidad no sea una desventaja en el mundo del trabajo.
Quiero mencionar que estudios longitudinales muestran que el involucramiento del padre en el cuidado y la crianza impacta positivamente en el desarrollo de su hijo o hija en términos nutricionales y de salud, de habilidades sociales y de autoestima. Por otra parte, las nuevas generaciones de padres/ trabajadores intentan replantear el modelo tradicional de la paternidad y dar paso a una sustentada en la colaboración y trabajo emocional compartido al momento de contener y acompañar a hijos e hijas.
Avanzar en corresponsabilidad parental, en el reparto equitativo de los compromisos familiares, en especial el cuidado de los hijos e hijas y la atención de otras personas dependientes será una forma concreta de “equiparar la cancha” evitando con ello las tensiones propias del rol, que afectan más a mujeres que a hombres, y que muchas veces las inhibe para dar el salto a un cargo de mayor relevancia en la empresa.
Creo que, no obstante, los avances sostenidos debemos progresar en acortar la brecha en participación laboral femenina contribuyendo con ello a eliminar los sesgos y estereotipos que son parte de las brechas culturales que impiden los cambios tan necesarios para avanzar sostenidamente hacia una sociedad más consciente, colaborativa y por sobre todo más feliz en su relación cotidiana.
Desde esa perspectiva, para la empresa se presenta un desafío interesante: avanzar en acciones afirmativas, como ya lo están haciendo un grupo importante a través de la Iniciativa de Paridad de Género o el Promociona Chile, que promueven medidas concretas favoreciendo el desarrollo de la carrera profesional de las mujeres quienes tienen el talento, habilidades y conocimientos que benefician la diversidad en la organización haciéndola más rentable, contribuyen a mejorar la productividad y el desarrollo del país.
Estamos viviendo en un mundo globalizado en constante cambio donde la promoción de la diversidad y la igualdad ya son valores e impulsores fundamentales para alcanzar un desarrollo sostenible, avanzar en innovación y en equipos balanceados por lo que todos los esfuerzos en pos de aquello se convierten en un buen ejemplo de prácticas laborales modernas que impactan positivamente en las diferentes industrias y le “hacen sentido” a una ciudadanía que está sin duda hoy más atenta a estos temas.
Generar cambios requiere no solo de valentía y razón, requiere de sensibilización con perspectiva de género: esos anteojos que reflejan que no solo hay celeste y rosado al costado del lente, sino miles de colores que nos muestran la diversidad que requiere de atención y respuesta evitando sesgos, prejuicios, machismos y micromachismos.
Hoy existe un abanico amplio de iniciativas orientadas hacia la corresponsabilidad parental y la equidad de género que pueden ser asumidas por las empresas generando con ello un cambio significativo. Los invito a que asumamos juntos y juntas el desafío de compartir, reflexionar y tomar acciones que permitan fortalecer la corresponsabilidad parental como una de las formas concretas de acortar brechas económicas entre hombres y mujeres.
Yolanda Pizarro Carmona
Especialista en temas de género, inclusión y diversidad